domingo, 27 de marzo de 2011

#55

Es poco lo que se puede hacer contra la calentura de un hijo. Ah, sí, Eliacim, no ve más que por los ojos de su amada, que no es más que una zorra disfrazada de corderito.
No discuto más, ni le digo más nada. Desde que regresó desde los acantilados oceánicos parece un zombi llevado de las narices por una bruja cualquiera.
Confío en que el tiempo pondrá en su camino otro tipo de gente, en vez de brujas tal vez hadas que le iluminen el camino.

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