#46

UNA MADRE QUE TAMBIÉN ES HIJA@

Y sí, una no nace de un repollo. Tengo una madre y tuve un padre. Recuerdos tengo muchos, buenos recuerdos tengo algunos que atesoro como las mejores joyas de mi niñez.

Y siendo que, la realidad es que mi niñez duró poco, siento que esas joyas son tan brillantes como el sol en mi mente.

Eliacim, en el fondo del mar, con su semblante blanco y su cabello flotando en el vaivén de las profundidades puede decir, doy fe, que tuvo una niñez feliz. Claro que no es lo que él le cuenta a Poseidón, a las Sirenas y a todas las criaturas del abismo...

En alguna vida encontrará la verdad, la realidad, los recuerdos que perdió en la cama de su amante. Recordará la historia, las DOS PARTES de la HISTORIA, y mirará hacia atrás o hacia adelante y comprenderá muchas cosas.

Esto es una especie de "Diario Ilógico", tengo la idea de dejar la sensatez y la cordura a la entrada de esta bitácora.

Ahora pues, a los cuarentaytantos soy niña de nuevo. Niña, niña, NIÑA. FeLiZ.

También tengo mis momentos de tristeza, de miedo, de sentimientos puros y elementales, básicos.

Hoy siento miedo. Pero el miedo no me paraliza como a otras personas, el miedo me moviliza interiormente, físicamente, aunque a veces cometa errores (ja, no soy infalible)

¿Por qué tengo miedo? Ah... porque debo ir el 28 de abril a cardiología (otra vez). Si tengo el corazón roto???? pues no lo sé, pero lo tengo lleno de curitas, banditas y costuras por aquí y por allá.

HOY TENGO MIEDO, Y LO VIVO, PORQUE NO ES MALO TENER MIEDO, PERO ES BUENO VIVIRLO PARA SABERLO, PARA RECONOCERLO Y LUEGO DEJARLO IR.

#45

LUNES OTRA VEZ, SOBRE LA CIUDAD...




Es lunes, y como todo el mundo tengo que trabajar; yo tengo tres y a veces cuatro trabajos. Me siento irremediablemente cansada; me gustaría poder tener, alguna vez en la vida «vacaciones». Me gustaría poder tirarme en cualquier sitio a leer, o simplemente a ver pasar las nubes. Sin obligaciones. Sin horarios. Sin enterarme de nada…, simplemente dejar que el mundo gire y que no me importe.

Bostezo. Anoche dormí mal, como vengo durmiendo mal desde hace mucho tiempo.

El miércoles debo visitar a uno de mis tantos médicos, ¡ja!, me río. ¿Cuántos pinchazos y estudios serán esta vez?

En el fondo del mar yace Eliacim, que de nada se entera ni le importa. Por otra parte Elena se encuentra en un punto en que no se sabe si le importa algo o si está enojada con Dios, con el Diablo y con el Mundo.

Hoy no tejo, ni espero. Hoy no quiero llamarme Penélope y tampoco quiero ser Madre, aunque sea por hoy...

#44

LA VIDA NO ES NADA SIN AMIG@S

Hoy escribo en lila, porque son épocas de cambio. MªCecilia está en casa desde ayer, y a mí me pone súper feliz su compañía. Hacía más de 20 años que no nos veíamos, la vida nos había separado poniendo mil piedras en cada camino; piedras que tuvimos que sortear con lágrimas de todos los colores, aunque la mayoría de colores «oscuros»… según la profundidad del dolor. Estamos igual que a los quince años, sin arrugas (¡sí, sin arrugas aunque parezca imposible!) con un corazón más grande y fortalecido y una fuerza espiritual completa y absolutamente inmensa que nos une y nos seguirá uniendo vida tras vida. Las dos somos madres jóvenes, seremos abuelas jóvenes, y tenemos hijos que nos han dado de regalo no solamente el dolor de parto sino muchos otros dolores que han ido dejando cicatrices en el alma, de esas cicatrices que no se borran. Pero, NINGUNA DE LAS DOS PERDIÓ LA SONRISA.

#43

CULPAS QUE NO SON NUESTRAS:


Ellos tienden a echarnos la culpa de todas las cosas malas que les pasa; porque claro, es más fácil culpar a los padres que asumir con responsabilidad los errores (CAGADAS!) que se mandan por el mundo.

Tengo para contar muchas cosas, y tengo ganas de contarlas pero la verdad no sé si habrá alguna persona interesada en compartir las experiencias de "ser madre", de "formar una familia", de "las cotidianidades". En fin, aquí espero alguna señal de otras Madres Confidentes para ver si sigo escribiendo o me quedo por aquí, en silencio.

#42

Los hijos son las anclas que atan a la vida a las madres.


Sófocles

#41

Hay que llegar a saber que los hijos, vivos o muertos, felices o desdichados, activos o pasivos, tienen lo que el padre no tiene. Son más que el padre y más que ellos mismos. Nuestros hijos son los fantasmas de nuestra descendencia. El hijo es el padre del hombre.

Carlos Fuentes

#40

Si usted quiere que sus hijos tengan los pies sobre la tierra, colóqueles alguna responsabilidad sobre los hombros.




Abigail Van Buren

#39

Solamente dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: Uno, raices; el otro, alas.


Hodding Carter

#38

ACNE PROCTOLOGICO

En las largas noches en que no puedo dormir pensando (a veces) en qué será lo que los padres y madres hacemos mal, siempre termino pensando que los hijos son, en algunas ocasiones un 

GRANO EN EL CULO

#37

Los Bueyes No Pueden:

Con aceptación debo decir que Eliacim, mi Eliacim, decidió fundirse con el océano del Eliacim de Camilo José Cela. Se fue. Su novia, una atrevida total, que tiene la historia contada por él y no las dos versiones, me dijo que soy una "desubicada". En fin, que disfrute mientras le dure porque con la volatilidad de Eliacim no sé cuánto más pueda decir: "míren qué novio me conseguí" con ese orgullo que sale de una cloaca...

De todas las novias, amantes, o amigovias que tenía eligió, como sucede en el 90% de los casos, a la peor.

Y es así, como decía mi abuela:  "puede más un pelo de concha que una yunta de bueyes"

Y en estos últimos días he confirmado esa prosaica realidad.

#36

SIGO AQUI... ESPERANDO [te]

Mi Eliacim no es el Eliacim de Camilo José Cela y Mrs. Caldwell. Yo simplemente tomé prestado el nombre del hijo de la Señora Caldwell...; ella habla con su hijo muerto en el mar. Tú, Mi Eliacim, no estás muerto, pero a veces tu silencio parce indicar que te has ido para siempre a reposar en el fondo del mar, arrastrado por Stellamaris hacia el fondo del abismo del océano... allí donde habitan los fantasmas.

Mar y Stellamaris te han congelado el corazón y quieren sumergirme a mí también Eliacim, pero no van a poder.

Sigo aquí, esperando que Poseidón te acerque hasta mis costas.